sábado, 7 de marzo de 2009

Agua que no has de beber, déjala correr

El reiki te habla del amor incondicional, el budismo del apego, Quevedo sobre la fugacidad de la vida... en definitiva diferentes mensajes que deberían llevarnos a la conclusión que de nada sirve aferrarnos a las cosas, a las personas, a los sentimientos, a la salud, a la propia vida.
Sin embargo la vida, juega en contra de estas ideas, desde pequeños creamos nuestro espacio, y una vez creado empezamos a decorarlo con todo tipo de cosas, y personas. Por supuesto los primeros adornos son la familia. El papá, la mamá, los hermanitos... Luego vendrán los juguetes, la ropa. Más tarde, vienen los amiguitos del colegio, que van cambiando como un frutal año a año nos va dando frutos maravillosos, que terminarán perdiéndose, comiéndose, yendose, o marchitándose. Información, emociones, sonidos, colores, objetos, sabores. Nuestra vida se va llenando, y llenando. Energía que entra y que sale, energía que se estanca, energía que no llega, energía que te sobrecarga.
***continuaré****